Mitomanía : la mentira compulsiva por Clínica Fuensalud

Mitomanía : la mentira compulsiva

¿Quién no ha visto la película de Pinocho o bien no ha oído la frase de “se pilla antes a un mentiroso que aun cojo”? En ambos casos el concepto común es la mentira y de las consecuencias que esta conlleva. Pues bien, sobre este tema es de lo que vamos hablar esta semana. Vamos a desarrollar todo lo que envuelve a la mentira compulsiva, la mitomanía.

Pero además a lo largo del artículo podrás descubrir aspectos como, por ejemplo:

  • Qué es lo que lleva a un mitómano a mentir.
  • El perfil de una persona mentirosa.
  • Las consecuencias que pueden acarrear la mentira constante y permanente.

Si os parece bien, vamos a comenzar a desarrollar todo lo que envuelve a la mentira.

¡Empecemos!

Mitomanía

¿Quién en alguna ocasión no ha dicho alguna mentira para poder escapar de alguna situación incómoda o para justificar algo?

Cuando una persona realiza este gesto de manera esporádica y muy puntual, suelen ser lo que llamamos “mentiras piadosas”. Son mentiras que en un principio no suelen afectar a terceras personas y que se recurren a ella simplemente para sacarnos de algún apuro o de alguna situación un tanto embarazosa. Pero que el fondo no hace “daño” a nadie.

Pero, ¿qué sucede cuándo se hace uso de esta mentira y está instaurada como forma de vida habitual?

Pues bien, es aquí cuando realmente aparece el problema y es cuando podemos hablar de una patología.

Por lo tanto, se puede definir la mitomanía como la adicción a mentir de manera repetida, llegándose a convertir en un mentiroso patológico. A la mitomanía también se la conoce por el nombre de Pseudología Fantástica.

Cuando una persona recurre a este tipo de acción, por lo general siempre obtiene un beneficio casi inmediato que le resulta muy gratificante, por lo que le impulsa a seguir mintiendo, adentrándose en un círculo vicioso y sin salida, que incluso puede llegar a distorsionar la realidad de las cosas.

Es decir, el mitómano para poder sostener y mantener sus mentiras, las recuerda una y otra vez para no ser pillado, provocando esto que al final se creen sus propias mentiras y creen que aquello que han dicho es verdad.

El mitómano o el mentiroso compulsivo no hace ninguna distinción sobre que persona o personas va mentir, da igual a quien mentir. Pero evidentemente las personas más afectadas por el mitómano, son las personas más allegadas a él, como por ejemplo sus familiares o sus amigos.

Todas estas mentiras continuadas al final van a tener una serie de consecuencias negativas. Pero si os parece es mejor que estas consecuencias las desarrollemos en otro punto mucho más en profundidad.

Causas de la mitomanía

Cuando la mentira es tan sumamente reiterada y constante, llega un momento que la persona que miente no tiene ni tan siquiera que pensar en cómo va a mentir y cómo va a estructurar la mentira para que sea realmente creíble. Da la sensación cómo si la mentira fuera algo innato en él.

Pero detrás de toda esta pirámide de mentiras, se esconde una persona con unos rasgos y unas características muy concretas, que hacen que sea propenso a convertirse en mitómano.

Las características a las que nos referimos son:

  • Por lo general son personas que presentan una autoestima muy baja. La persona mitómana tiene miedo y se siente inseguro de mostrarse tal y como es al resto de las personas. Es por ello que maquillan su vida y se la hacen ver y saber a los demás como si tuvieran una vida llena de grandes resplandores e interesante.
  • Esta baja autoestima también lleva implícito una personalidad un tanto inestable. Esto lo que va generar es que el mitómano imite o tome como referencia la vida o la personalidad de alguna persona que él admire y que le gustaría ser cómo él.
  • Por otro lado son personas que se puede ver que tienen un déficit muy alto de cariño. Esta falta de cariño puede ser que venga desde la infancia, por lo que a través de la mentira reciben la atención de las personas que están a su alrededor.
  • Habitualmente se puede observar que el mitómano no presenta grandes habilidades para entablar relaciones sociales nuevas. Así pues, cuando tiene que hacerlo, su carta de presentación es una vida fascinante para atraer y deslumbrar al receptor. De esta manera consigue amistades de nuevas y consigue mantenerlas.
  • En algunos casos la mitomanía se debe a que el paciente presenta trastornos de la personalidad. Cuando descubrimos al mitómano podemos averiguar que por lo general es una persona:

– Frívolas.

– Irresponsable.

– Personas muy superficiales.

– Inconstantes.

Síntomas de la persona  Mitómana

Los síntomas que presentan son muy diversos y muy variados. En general, podemos decir que los síntomas van a variar en función de la magnitud de las mentiras y en gran parte de la persona.

Pero en cualquier caso, las personas que hacen uso de la mentira constante todos tienen o sufren una serie de síntomas que son comunes. Algunos de estos síntomas a los que estamos haciendo referencia son por ejemplo:

  • Cuando hablan tienen tendencia a gesticular y a mover en exceso las manos. Esto lo hacen para reforzar y poner más énfasis a la mentira que estén contando en ese momento.
  • Sienten un miedo constante. Este miedo viene producido a sus mentiras sean descubiertas en cualquier momento. Este el mayor temor del mitómano, tener que enfrentarse a sus mentiras y tener que dar explicaciones. Pero no sólo esto si no que son conscientes de que se pueden quedar solos.
  • Como consecuencia del punto anterior, el mitómano presenta un grado muy alto de ansiedad. Pero no sólo esto si no que además su estado habitual es permanecer constantemente en un estado de nerviosismo constante.

Todo esto los lleva a permanecer con unos niveles muy altos de estrés.

  • Debido a que presentan una realidad tan sumamente distorsionada, el mentiroso compulsivo tiende por lo general a creerse sus propias mentiras y vivir una vida paralela.
  • El mentiroso compulsivo necesita buscar la aprobación y la admiración constantemente. Es por esto que siempre exagera y maquilla las situaciones.
  • Como hemos comentado anteriormente el mentiroso compulsivo suele presentar una autoestima muy baja y piensa que su vida en general no es de admirar por nadie de hecho, a él no le gusta piensa que es una vida monótona y aburrida. Es por esto que a través de la mentira buscan llamar la atención del resto de las personas que le rodean.
  • Siempre se muestran insatisfechas con los logros o las circunstancias o situaciones que les rodean.

  • Siempre se muestran al resto de las personas como una persona muy dinámica e impulsiva. Pero esta impulsividad para conseguir la admiración de otras personas, también lo llevan al terreno de la mentira. Es decir, el mentiroso es también muy impulsivo para mentir. Por lo que cada vez tienen que generar más habilidades para mantener toda la ristra de mentiras que han ido diciendo, de esta manera entran en un bucle bastante problemático. Por eso podemos decir que al final la mentira resulta ser compulsiva y adictiva.
  • Pero, ¿por qué decimos que la mentira puede resultar ser adictiva? Cuando el mitómano o mentiroso compulsivo es admirado, querido y consigue ser el centro de cualquier conversación, está obteniendo un beneficio inmediato, que le hace sentirse bien y siente un grado importante de satisfacción. Para no perder y sentir esa sensación tan positiva y placentera, le impulsa a seguir mintiendo de esta manera la persona se hace adicta, que en este caso sería la adicción a la mentira.

Como habéis podido comprobar el mentiroso compulsivo tiene marcado muy bien un patrón de comportamiento y unos síntomas muy definidos. Pero dejarme que os insista, todos estos síntomas pueden variar en función del grado de la mentira y en función del objetivo a conseguir.

¿Cómo se llega a mentir?

Todos en algún momento hemos llegado a mentir. Pero podemos decir que hay dos tipos de mentiras:

1.- MENTIRAS LUCRATIVAS O REMUNERADAS. – Son las más comunes. Se tiende a mentir para conseguir algo en concreto que deseamos.

2.- MENTIRAS POR OMISIÓN DE INFORMACIÓN. – Son aquellas en las que omitimos dar una información que en un momento dado puede ser de vital importancia. Podemos decir que este tipo de mentira genera en nosotros una menor carga de sentimiento de culpabilidad.

Sea como fuera el modo que se utiliza para mentir siempre se busca algún tipo de beneficio.

Estudios recientes determinan que hay varias categorías para determinar los grados de mitomanía.

Estas categorías son:

1.- Aquellas personas que nunca mienten. Esta categoría es casi inexistente entre las relaciones sociales, ya que la sinceridad absoluta es prácticamente imposible de conseguir.

En el caso que nos encontráramos con una persona completamente sincera, seguramente que le acarree una serie de problemas o conflictos.

Un ejemplo que podemos mencionar de esto que acabamos de comentar es ¿Qué sucedería si fueras realmente sincero y le dijeras a tu jefe todo aquello que se te pasa por la cabeza de lo piensas sobre él?

2.- Tenemos el grupo de aquellas personas que mienten de manera esporádica. Esta categoría es la más común. Se hace uso de este tipo de mentiras para conseguir un beneficio o evitar un problema.

3.- Y por último este estudio determina que están aquellas personas que mienten de manera compulsiva. Este tipo de casos son aquellos en los que estamos desarrollando el artículo.

Consecuencias

Anteriormente hemos comentado que la mitomanía se la considera una adicción, y como tal siempre produce una serie de consecuencias negativas.

En este caso de la mitomanía o la mentira compulsiva la consecuencia más directa es conseguir el efecto contrario a la que busca el mitómano.

Es decir, la persona que miente en estos extremos tan incontrolados busca la admiración de otras personas. Pero estas mentiras con el paso del tiempo al final se descubren y al final el mitómano se queda solo, ya que ha generado una cierta desconfianza en su entorno familiar y social. Se puede resumir este concepto con la frase “se pilla antes a un mentiroso que a un cojo”.

Tratamiento Psicológico

El tratamiento Psicológico del mitómano puede variar en función del grado que presente.

Pero hay que decir que el mitómano nunca va admitir que hace uso de la mentira compulsiva y que está envuelto en una vida completamente irreal.

Es por ello que inicialmente es complicado el tratamiento.

Por lo general la persona que miente de manera excesiva y compulsiva, nunca llega a la consulta de Psicología por este motivo. Siempre llega debido a otros motivos, como por ejemplo que no sabe gestionar la soledad y el vacío que siente.

Cuando los Psicólogos nos encontramos con un caso de mitomanía, podemos hacer uso de varias terapias.

Terapias efectivas:

  • Terapia para fortalecer la Comunicación. Esta terapia es quizás con las que se comience el tratamiento.

Esta terapia va a consistir en facilitar al paciente las suficientes herramientas para que entable amistades y no se produzca el aislamiento social. De esta manera el mitómano va a ir desarrollando técnicas para poder tener conversaciones satisfactorias en las que pueda expresar con total libertad cómo se siente o lo que piensa sin el miedo al rechazo.

Pero a la vez hay que trabajar y fortalecer la autoestima del paciente, para que ciertas opiniones o comentarios no le afecten y sepa gestionarlos de una manera correcta.

  • Terapias cognitivas. Con este tipo de terapia vamos a trabajar los sentimientos negativos que el mitómano presenta sobre sí mismo, para fortalecer las cosas positivas que el paciente tiene. De esta manera poco a poco el mitómano dejará de mentir para no vender una vida que no tiene, para conseguir la admiración de otros.

Conclusión

La mentira para las personas mitómanas puede llegar a ser un estilo de vida para construir una realidad completamente distorsionada.

La construcción de las mentiras se basa en conseguir una admiración o incluso ser el centro de atención. Estas mentiras compulsivas reportan al mitómano un nivel de satisfacción, que le impulsan a seguir mintiendo.

Pero estas mentiras que aparentemente están muy bien construidas, con el paso del tiempo pueden llegar a ser descubiertas por el entorno del mitómano, desencadenando una serie de consecuencias absolutamente negativas.

Pero como cualquier adicción se puede tratar gracias a la Psicología, gracias a dos terapias efectivas. Estas terapias a las que hacemos mención son Técnicas para fortalecer la comunicación y Terapia Cognitiva. Ambas van a tener el objetivo de fortalecer la autoestima del mitómano que es principalmente la base de su problema.

Clínica Fuensalud, Departamento de Psicología.

Enlaces de interés sobre el tema

Asociación Española de Psicología Conductual

Asociación Española de Psicología Clínica y Psicopatología

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