Logopedia y la Disfunción Tubárica por Clínica Fuensalud

Logopedia y la Disfunción Tubárica

Hola de nuevo y bienvenidos al blog de Logopedia. En esta ocasión vamos a desarrollar un tema que es desconocido por muchas personas. Vamos hablar sobre la disfunción tubárica y cómo puede afectar al día a día.

La disfunción tubárica hace referencia a una inadecuada función de la trompa de Eustaquio. Para poder comprender bien esta patología, en primer lugar, es importante conocer el funcionamiento de la trompa de Eustaquio.

¿Cómo funciona la trompa de Eustaquio?

La Trompa de Eustaquio, o también llamado conducto faringotimpánico, es un pequeño conducto aéreo que comunica la parte superior de la faringe con el oído medio.

Se encuentra localizado entre la pared anterior de la caja del tímpano con la pared lateral de la rinofaringe.  De este modo, forma parte de una unidad anatómica y funcional con el oído medio y otras estructuras vecinas.

Es importante recordar que el oído medio es una cavidad compuesta por huesecillos (Martillo, Yunque y Estribo) que requiere de una correcta aireación para transmitir adecuadamente los sonidos.

El oído medio también contiene la membrana timpánica que le separa del exterior y que a su vez se comunica con las fosas nasales a través de la trompa de Eustaquio.

¿Dónde se encuentra la Trompa de Eustaquio?

La posición de la trompa de Eustaquio depende de la edad y el grupo étnico de la persona. Por ejemplo, al nacer puede presentar una longitud de 18 mm y llegar hasta los 45 mm en el adulto, es cuando, a su vez, su proyección es inclinada en un ángulo de 40 °.

Sin embargo, en el niño su situación es horizontal, por lo que se concluye que en edades tempranas es más frecuente encontrar el reflujo nasofaríngeo. Y, la función del conducto no es tan eficiente, provoca en numerosas ocasiones otitis media.

En el estado habitual la trompa de Eustaquio se encuentra cerrada. Solo se abre para ventilar o rellenar el oído medio cuando se abre la boca, se mastica, se bosteza o se deglute. La falta de ventilación produce una acumulación de líquido que no se drena y se asienta en el oído medio.

Una de las funciones primordiales de este conducto es la igualación de la presión aérea del oído medio como respuesta a los cambios de presión atmosférica.  La apertura y el cierre de la trompa dependen de los cambios de presión en la caja timpánica.

La hipopresión y el enrarecimiento excitan a la cuerda del tímpano que, debido a su conexión con el nervio lingual, estimula las glándulas que favorecen la secreción salivar.

Al llenarse la boca de saliva se dispara el reflejo deglutorio que produce la apertura de la trompa y esta a su vez permite la penetración del aire en la caja del tímpano, lográndose así la presión idónea.

En el caso de una disfunción tubárica, esta corrección de presiones no se realiza de forma adecuada y puede ocasionar dolor, taponamiento y problemas en el órgano auditivo. Entre estos últimos se encuentran la sensación de oídos tapados, hipoacusia, tinnitus (acúfenos), y dolor de oídos.

¿Cómo es una persona con una Disfunción Tubárica?

Existen una serie de características físicas típicas que se pueden encontrar en una persona que se ve afectada por una disfunción tubárica. Las más destacadas son las siguientes:

– Adherencia de las narinas al tabique nasal o también llamado “pinzamiento de las alas de la nariz”.

– Paladar alto u ojival producido por un patrón deglutorio incorrecto, ausencia de contacto labial y lingual con el paladar duro.

Por último, es relevante señalar que personas con este problema no son capaces de realizar la coordinación adecuada del velo del paladar con la faringe.

¿Qué es lo que produce una Disfunción Tubárica? 

Como se ha mencionado anteriormente, la posición morfológica de la trompa de Eustaquio y su interacción con diversos sistemas vecinos, tiene mucho que ver. Tanto la afectación de estos últimos como la de la tuba faringotimpánica va a repercutir en el funcionamiento de este sistema tan complejo.

Teniendo en cuenta esta relación tan estrecha, las causas pueden presentarse de diferente índole. A groso modo, la clasificación de las mismas puede tener carácter orgánico, estático y patológico.  A continuación, vamos a detallar algunas de ellas:

Posibles causas de la disfunción:

  • En un resfriado común se puede ver afectada la función de ventilación por lo que aparecerá una presión negativa en el oído medio.
  • Ante alteraciones estructurales como las desviaciones septales el desplazamiento del tabique nasal ya sea causado por un traumatismo o porque tenga un origen congénito como es el caso de síndrome de Marfan, homocistinuria y el síndrome de Ehlers-Danlos. En la mayoría de los casos aparecerán dificultades respiratorias, infecciones de los senos, apnea del sueño, pérdida de percepción olfativa y disfunción de la tuba faringotimpánica.
  • Otra alteración estructural que puede afectar al funcionamiento de la trompa de Eustaquio es en la que se puede ver comprometida la estructura morfológica del paladar. Lo más frecuente es encontrar una disfunción tubárica ante una hendidura palatina, reparada o no, donde se verá afectada la apertura de la Trompa de Eustaquio durante la deglución. La razón de este hecho se encuentra en la falta de la elasticidad de la musculatura que la conecta con las estructuras palatinas. En este caso también se presentará la imposibilidad de establecer el equilibrio de presiones positivas y negativas aplicadas.
  • El origen traumático es otra causa común que puede provocar una alteración en la función tubárica como consecuencia a una prolongada o inadecuada exposición a tubos nasotraqueales y sondas nasogástricas.
  • En algunos casos también puede ser debido a complicaciones derivadas de los procesos alérgicos que no afectan directamente a la trompa de Eustaquio, sino que se asocian a otros factores agregados que sí que repercuten negativamente en la misma.
  • Los procesos infecciosos que afectan a las estructuras de la nasofaringe también juegan un papel importante en el desarrollo de la disfunción tubárica. Estos pueden tener un carácter bacteriano, viral, parasitario y fúngico. Aquellos que cursan con una etiología bacteriana suelen ser provocados por estreptococos, Arcanobacterium hemolyticus, Neisseria gonorrhoeae, Corynebacterium ulcerans y Micoplasma pneumoniae.  Los virus que se han observado con mayor frecuencia son los Rinovirus, Coronavirus, Parainfluenza y Adenovirus.  Ya sean de carácter crónico o no.
  • Existe la presencia de una disfunción de la trompa de Eustaquio en personas que padecen alteraciones de carácter sindrómico. Dentro de este grupo, lo más frecuente es encontrar la patología en casos con el Síndrome de Down, Síndrome de Turner y síndrome de Cilio inmóvil.
  • Otra causa que puede provocar la aparición una alteración en la función tubárica es la irradiación de tumores nasofaríngeos de diferente índole. Sin embargo, su efecto tiende a disminuir con el tiempo.
  • En situaciones comunes como subir a unas alturas elevadas, viajar en avión o donde existen variaciones bruscas de la relación entre la presión atmosférica y la presión del oído medio.

En este caso aparece un tipo de otitis también denominada aerotitis.

Lo que se produce es un edema y ruptura de pequeños vasos originando un trasudado.

Además de cursar con una disfunción tubárica también aparece un intenso dolor en los oídos o incluso la pérdida temporal de la audición.

  • Por último, no nos podemos olvidar del bloqueo de la Trompa de Eustaquio, como otra causa no menos relevante de las citadas, que a su vez consiste en una apertura constante de la misma debido a una anomalía en la permeabilidad de la tuba que produce un cierre insuficiente de la misma.

De este modo, la trompa de Eustaquio se mantiene al descubierto de forma permanente o intermitente.

¿Cuáles son las consecuencias más comunes de la Disfunción Tubárica?

Al tener una estrecha relación con diferentes estructuras anatómicas vecinas, una alteración en el funcionamiento de la trompa de Eustaquio las funciones orgánicas que se pueden ver perjudicadas son diversas.

Algunas se verán afectadas en mayor o menor grado. Por ejemplo, es muy común encontrarse alteraciones en la respiración, alimentación, articulación y audición.

Cada una de ellas puede presentar diferentes características y su expresión variar de un caso a otro. Algunas de ellas se citan a continuación:

Consecuencias de la disfunción tubárica:

1.- En cuanto a las alteraciones en la función respiratoria producidas por un mal de la trompa auditiva, podemos destacar varios.

  • Ausencia de la coordinación en los movimientos torácico-abdominales durante la respiración o también llamado asincronismo torácico abdominal.
  • Patrón respiratorio con carácter costo-clavicular, un tipo de respiración en el que durante la inspiración se produce una elevación clavicular. Este movimiento es normal que se presente en situaciones de ansiedad ya que se genera tensión a nivel del diafragma.
  • Respiración exclusiva bucal. Es decir, tanto en el momento de inspiración como espiración el aire es controlado únicamente por la boca. Este patrón es incorrecto y además repercute en la morfología de las estructuras peribucales.
  • Soplo nasal o un escape aéreo producido por la nariz durante la emisión del habla. El habla en este caso se caracteriza por un exceso de nasalización durante la producción de diferentes sonidos del habla, los más afectados son los oclusivos.
  • Pinzamiento de las alas de la nariz al inspirar.

2.- En cuanto a las alteraciones en función de la alimentación nos podemos encontrar ante:

  • La aparición de una deglución atípica o un patrón deglutorio inadecuado en el que la colocación lingual es incorrecta en el momento de tragar el alimento.
  • Ausencia del reflejo de faríngeo o de arcada. Se trata de una contracción de los músculos faríngeos que se produce con el objetivo de prevenir el atragantamiento o evitar la obstrucción accidental de las vías respiratorias altas o medias.
  • Ausencia o disminución patológica de la sensibilidad orofaríngea o hipoestesia del fondo de la garganta.
  • Hipotonía de la musculatura palatina.

3.- Centrándonos en cómo se ve afectada la articulación, se puede encontrar:

  • Rinolalia abierta o exceso de nasalización de la voz en los sonidos oclusivos, sobre todo.
  • Sigmatismos o alteración de la pronunciación del sonido /s/.
  • Ruidos de compensación.

4.- Los problemas que pueden aparecer a nivel de la función auditiva son los más frecuentes. Sobre todo, es más habitual que esto ocurra en edades tempranas.

En algunos casos, si el tratamiento no se realiza de manera precoz es posible que a medio y corto plazo aparezcan cuadros de trastornos de lenguaje, aprendizaje y conducta. Dentro de este grupo de alteraciones se encuentran las siguientes:

  • Otitis serosa o la acumulación de cerumen en el oído medio.
  • La otitis sero-mucosa o la acumulación de cerumen junto con la mucosidad.
  • Otitis de repetición.
  • Otras afectaciones que repercuten en la aparición de hipoacusias.

Diferentes tratamientos para la Disfunción Tubárica

Dependiendo de las circunstancias de cada persona el tratamiento puede variar, entre las diferentes posibilidades están edad, etnia, antecedentes médicos, y personales, así como las causas mencionadas a lo largo de este artículo.

Aunque es importante señalar que lo más idóneo es que la intervención del Logopeda para la disfunción tubárica se lleve a cabo de forma conjunta por un especialista en ORL (otorrinolaringología) que incluirá aspectos farmacológicos entre otros, y por un terapeuta rehabilitador o un logopeda.

¿Cómo interviene el Logopeda en la alteración de la Trompa de Eustaquio?

La función del Logopeda consistirá en realizar procedimientos no invasivos y dar pautas respecto a la prevención de recaídas y de reeducación de patrones funcionales incorrectos.

Es importante que la intervención Logopédica sea acordada e indicada por un médico rehabilitador tanto al comienzo como a la finalización del proceso, ya sea en casos que requieran de una intervención quirúrgica o no.

En población infantil se realizará una reeducación funcional, preventiva y terapéutica a la vez. Para ello es importante que el terapeuta se centre en:

– Ofrecer reglas de higiene nasal.

– Enseñar o reeducar a un patrón respiratorio naso-diafragmático.

– Darán reglas de higiene.

– Enseñar o reeducar a un correcto patrón deglutorio.

– Tonificar y coordinar la movilidad del esfínter velofaríngeo.

CONCLUSIÓN

A modo de conclusión, la disfunción tubárica es un problema relativamente frecuente, que sobre todo afecta a la población infantil debido a su localización y morfología anatómica. Una mala ventilación puede provocar una disfunción en la Trompa de Eustaquio y esto conlleva a múltiples problemas en los que, incluso algunos, llevaran a cirugía.

La importancia de una intervención interdisciplinar en la que se debe incluir la figura del logopeda es más que evidente ya que este procurará establecer un plan de rehabilitación que tocará diferentes aspectos.

Dentro de estos últimos se encuentran la respiración, alimentación, movilidad orofacial y por supuesto, pautas de higiene para una buena ventilación en el oído.

Clínica Fuensalud

Valeria Bondarenko, Graduada en Logopedia, Colegiada N.º 28/1059

Páginas sobre el tema

Sociedad Española de Otorrinolaringología

Asociación Española de Enfermería en Otorrinolaringología

Asociación de Logopedas de España

Share your thoughts