Disfagia o dificultad para tragar

Bienvenidos de nuevo a todos nuestros lectores del blog de Logopedia de Clínica Fuensalud. En esta ocasión vamos a desarrollar un artículo sobre un tema que últimamente se escucha mucho. Vamos hablar sobre la disfagia.

Pero, ¿qué es la disfagia?

Pues bien, la disfagia es la dificultad o el impedimento para deglutir o tragar.

Es una condición que impide el movimiento de líquidos, alimentos sólidos o ambos desde la garganta hasta el estómago.

La disfagia no debe confundirse con el «nudo en la garganta». Una sensación de nudo en la garganta que no está relacionada con el acto de tragar y que dificulta el paso de los alimentos.

Las estructuras orgánicas que participan en el proceso de la deglución son:

  • La faringe.
  • El esfínter esofágico superior (cricofaríngeo).
  • El cuerpo del esófago.
  • Y, el esfínter esofágico inferior (EEI).

Estas estructuras funcionan como un sistema integrado que transporta los alimentos de la boca al estómago y evita el reflujo hacia el esófago. Este sistema puede estar deteriorado por una obstrucción física o por anomalías que provocan una alteración de la función motora (trastornos de la motilidad esofágica).

Problemas de la Disfagia

La disfagia puede provocar la aspiración en la tráquea de alimentos, saliva o ambos.

  • La aspiración puede causar una neumonía aguda.
  • La aspiración repetida puede conducir a una enfermedad pulmonar crónica con el tiempo.
  • Y por último, la disfagia prolongada suele conducir a una nutrición inadecuada y a la pérdida de peso.

Tipos de Disfagias

Existen dos tipos: La disfagia orofaríngea o esofágica.

Estas disfagias se clasificarán en función del nivel dónde se produzcan.

  • Disfagia orofaríngea.

La disfagia orofaríngea es una dificultad para desplazar los alimentos desde la orofaringe hasta el esófago. Se produce debido a un deterioro de la función proximal al esófago. Los síntomas incluyen dificultad inicial para tragar, regurgitación nasal y aspiración en la tráquea acompañada de tos.

Lo más habitual es que la disfagia orofaríngea se produzca en pacientes con afecciones neurológicas o trastornos musculares que afectan a la musculatura estriada transversal.

  • Disfagia esofágica.

La disfagia esofágica es un paso difícil de los alimentos a través del esófago. Es el resultado de una obstrucción mecánica o de un trastorno de la motilidad.

ANAMNESIS

La historia de la enfermedad comienza con una descripción del inicio agudo y la duración de los síntomas.

Los pacientes deben describir qué alimentos les causan disfagia y dónde se localiza la dificultad para tragar.

Hay que prestar especial atención a si la comida es sólida, líquida o ambas cosas, lo que provoca la disfagia, si la comida se expulsa por la nariz, si la saliva gotea o la comida se cae de la boca, si la comida se atasca, si tosen o tienen arcadas al comer.

El análisis de los síntomas debe identificar los síntomas característicos de la enfermedad neuromuscular, gastrointestinal y sistémica, así como identificar las complicaciones.

Los síntomas más importantes de la enfermedad neuromuscular son:

  • La debilidad y la fatiga rápida.
  • El deterioro de la marcha o el equilibrio.
  • Los temblores.
  • Y las dificultades para hablar.

Los síntomas significativos de la enfermedad gastrointestinal incluyen:

  • La acidez de estómago y otras quejas que sugieren el reflujo.
  • Dolor muscular y articular.
  • Fenómeno de Raynaud.
  • Y lesiones cutáneas (erupción, hinchazón, engrosamiento).

Los antecedentes pueden servir para identificar las afecciones previamente diagnosticadas que pueden ser la causa de la disfagia.

Causas de la disfagia

Aunque la deglución parece algo normal para la mayoría de la gente, en realidad es un proceso bastante complejo.

Para poder tragar con normalidad, el cerebro debe coordinar reflexivamente la actividad de numerosos pequeños músculos de la garganta y el esófago.

Estos músculos deben contraerse vigorosamente en una secuencia adecuada para empujar los alimentos a través de la boca hasta la parte posterior de la garganta y luego hacia el esófago.

El esófago inferior debe entonces relajarse para permitir que los alimentos entren en el estómago.

Así, la dificultad para tragar puede ser consecuencia de lo siguiente:

  • Trastornos del Sistema Nervioso (SNC).
  • Los trastornos musculares en general.
  • Trastornos del esófago (obstrucción física o trastorno motor).

Entre los trastornos del Sistema Nervioso que provocan dificultades para tragar se encuentran los accidentes cerebrovasculares, la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple y la esclerosis lateral amiotrófica (ELA).

Las personas con estos trastornos suelen tener otros síntomas además de la dificultad para tragar.

Muchas personas ya han sido diagnosticadas con estos trastornos.

Las enfermedades musculares más comunes que causan dificultad para tragar son la Miastenia Gravis, la dermatomiositis y la distrofia muscular.

La obstrucción física puede deberse a un cáncer de esófago, a anillos de tejido o a la formación de telarañas en el interior del esófago y a la cicatrización del esófago debida al reflujo ácido crónico o a la ingestión de líquidos cáusticos.

A veces, el esófago está comprimido por un órgano o estructura adyacente, como un agrandamiento de la glándula tiroides, una protuberancia en una gran arteria del tórax (un aneurisma aórtico) o un tumor en la zona torácica media.

Los trastornos de la motilidad esofágica incluyen la acalasia (en la que las contracciones rítmicas del esófago están muy reducidas y el músculo esofágico inferior no se relaja normalmente para permitir el paso de los alimentos al estómago) y el espasmo esofágico. La esclerosis sistémica (esclerodermia) también puede causar una motilidad esofágica anormal.

Algunas causas de disfagia orofaríngea

Lámina 1 disfagia por Clínica Fuensalud

Lámina 2 disfagia por Clínica Fuensalud

A continuación, os presentamos algunas causas de disfagia esofágica

Lámina 3 disfagia por Clínica Fuensalud

Lámina 4 disfagia por Clínica Fuensalud

¿Cómo se detecta la Disfagia?

No todos los casos de disfagia reciben una evaluación inmediata de un médico.

La siguiente información puede ayudar a las personas a decidir cuándo es necesario someterse a un examen físico y les indicará qué deben esperar durante dicho examen.

  • Señales de advertencia.

En las personas con disfagia, ciertos síntomas y características son motivo de preocupación. Entre ellas se encuentran:

  1. Síntomas de bloqueo físico completo (como salivación o incapacidad total para tragar nada).
  2. Disfagia con pérdida de peso.
  3. Dolor al tragar (odinofagia).
  4. Nuevo problema de funcionamiento de los nervios, la médula espinal o el cerebro, especialmente cualquier debilidad.
  • El equipo médico debe realizar un examen objetivo.

El examen debe revelar los signos típicos de la enfermedad neuromuscular, gastrointestinal y sistémica, así como identificar las complicaciones.

Un examen general debe determinar el estado nutricional (incluyendo el peso corporal). Es obligatorio realizar un examen neurológico completo que preste especial atención:

  • A la presencia de temblor en reposo.
  • A la función de los nervios craneales (el reflejo faríngeo puede estar normalmente ausente; su ausencia, por tanto, no es una indicación fiable de disfunción de la deglución).
  • Y a la fuerza muscular.

Los pacientes que muestren una fatiga rápida deben someterse a pruebas de actividades repetitivas (como el parpadeo o el recuento verbal) antes de lograr una rápida disminución de su capacidad de rendimiento, lo que es indicativo de una miastenia grave.

Debe controlarse la marcha y la capacidad de mantener el equilibrio de los pacientes. Se comprueba si la piel presenta erupciones y engrosamientos o cambios de textura, especialmente en las yemas de los dedos. Además, se examina la musculatura en busca de debilidad muscular y fasciación, y se palpa la musculatura en busca de sensibilidad al dolor.

Se comprueba el cuello para detectar la presencia de tiroides o de otras masas de tipo tumoral.

El Logopeda también juega un papel importante, ya que evalúa el proceso mecánico y funcional de la deglución.

Para ello se utilizan algunos Test donde examina la textura, el volumen y el manejo del alimento en diferentes fases deglutorias. También se realiza la palpación de las estructuras tanto a nivel mecánico como sensorial.

 

Síntomas de la disfagia

La disfagia en sí misma es un síntoma de alarma, pero algunos criterios son especialmente importantes:

  • Signos de obstrucción completa (en particular, exudación del contenido oral, incapacidad total para tragar).
  • Disfagia con pérdida de peso.
  • La aparición de nuevos signos de déficits neurológicos focales, especialmente la debilidad muscular confirmada objetivamente.
  • Interpretación de los resultados.

La disfagia que se produce junto con una patología neurológica aguda representa muy probablemente una de sus manifestaciones. Aparece por primera vez en un contexto de enfermedad neurológica crónica estable puede tener otro origen.

La disfagia de los alimentos densos por sí sola apunta a una obstrucción mecánica. La dificultad para tragar alimentos densos y líquidos no es específica.

Las fugas de saliva y alimentos de la boca al comer o la regurgitación en la cavidad nasal son características de la afectación orofaríngea.

La regurgitación de pequeñas cantidades de comida cuando se presiona el cuello lateralmente indica un divertículo faríngeo.

La dificultad para evacuar los alimentos de la boca o la congestión a nivel del esfínter esofágico inferior suelen ser una buena indicación del nivel de localización del proceso de la enfermedad. Si la parte superior del esófago tiene dificultades para pasar la comida, la localización del proceso es más difícil.

Muchos son los signos que indican la posibilidad de una enfermedad (Signos auxiliares de la disfagia), pero su sensibilidad y especificidad varían y no confirman o refutan de forma fiable un diagnóstico concreto. Sin embargo, pueden utilizarse para planificar un examen más exhaustivo.

Pruebas clave para el estudio de la disfagia 

Los pacientes con disfagia deben someterse siempre a una endoscopia digestiva alta, que es muy importante para descartar cualquier otra patología o enfermedad.

La esofagitis eosinofílica puede detectarse mediante endoscopia y biopsia esofágica.

En el caso que el paciente no pueda someterse a una endoscopia superior, se pueden realizar estudios de suspensión de bario (con la adición de un trozo sólido de comida, normalmente chocolate).

Si ni la fluoroscopia ni la endoscopia gastrointestinal superior revelan anomalías, se realizan investigaciones de la función motora esofágica.

Tratamiento de la Disfagia

El tratamiento de la disfagia se dirige a la causa específica de la enfermedad.

Si se produce una obstrucción completa, es necesario realizar un examen endoscópico de urgencia.

En el caso que existiera una estenosis, un anillo o una red esofágica, su dilatación se realiza con precaución.

Si la resolución de los síntomas de la disfagia orofaríngea se retrasa, es aconsejable acudir a un especialista en rehabilitación.

En algunos casos se facilita la deglución cambiando la posición de la cabeza mientras se come, entrenando especialmente los músculos de la deglución, tras realizar ejercicios especiales que mejoran la acomodación de la boca al bulto de comida, aumentan la fuerza y la coordinación de la lengua.

En los casos de disfagia severa y aspiración repetida puede ser necesaria una gastrostomía.

¿Qué es lo que hay que tener en cuanta ante la población geriátrica?

Los procesos de masticación, deglución, sentido del gusto y el habla requieren una actividad nerviosa y muscular sin alteraciones y bien coordinada en la boca, la cara y el cuello. Con el envejecimiento, incluso en individuos sanos, la actividad motora de los músculos de la boca disminuye de forma muy significativa. Esto tiene varias manifestaciones:

  • A menudo se produce una disminución de la fuerza y la coordinación de los músculos de la masticación, especialmente con las prótesis parciales y completas, y se tiende a tragar trozos de comida más grandes, lo que aumenta el riesgo tanto de asfixia como de aspiración. La protrusión de la parte inferior de la cara y los labios debido a la disminución del tono de los músculos circulares de la boca y a la reducción del soporte óseo durante la pérdida de los dientes no sólo es un problema estético, sino que se acompaña de babeo y sangrado de alimentos y líquidos de la boca, y dificulta el mantenimiento de la boca cerrada al masticar, dormir o descansar. La primera manifestación suele ser la sialorrea (salivación).
  • Aumenta la dificultad para tragar. El tiempo que tardan los alimentos en viajar desde la boca hasta la orofaringe se alarga, lo que aumenta la probabilidad de aspiración. En presencia de cambios relacionados con la edad, los trastornos neuromusculares (por ejemplo, la neuropatía del nervio craneal en la diabetes, el accidente cerebrovascular, la enfermedad de Parkinson, la Esclerosis Lateral Amiotrófica y la Esclerosis Múltiple, son las causas más comunes de disfunción motora oral.
  • Las causas iatrogénicas son posibles. Los medicamentos (anticolinérgicos, diuréticos), la radioterapia en la zona de la cabeza y el cuello y la quimioterapia pueden alterar considerablemente la producción de saliva. La hiposalivación es la principal causa de una deglución difícil y excesivamente prolongada.

Es aconsejable tratar los trastornos del movimiento de la cavidad oral con un enfoque multidisciplinar. Es necesario que los prostodoncistas, los rehabilitadores, los logopedas, los otorrinolaringólogos y los gastroenterólogos aúnen esfuerzos.

Clínica Fuensalud

Valeria Bondarenko. Graduada en Logopedia (colegiada nº 28/1059). Experta en Atención Temprana. Experta en Trastornos Neurológicos.

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