Deterioro del habla por Clínica Fuensalud

Deterioro del habla después de un ICTUS

Desafortunadamente, tras un accidente cerebrovascular (ACV en adelante) o ICTUS pueden producirse una gran variedad de trastornos: motores, de coordinación espacial, deterioro del habla, mnemotécnicos, etc. En este artículo nos gustaría tratar las dificultades y el deterioro del habla y dar una serie de aclaraciones y pautas tanto a los afectados por ACV y sus familiares de cómo afrontarlo en el hogar.

También es importante señalar que el seguimiento de todas estas pautas debe ser supervisados por un profesional cualificado que a su vez deberá adaptar algunas de ellas en función del perfil del paciente. No nos podemos olvidar de que cada persona es un mundo y la rehabilitación tanto en el entorno familiar, como en el terapéutico debe ser lo más individualizada posible.

Después de un ACV, ¿por qué se produce un deterioro del habla?

La afasia es un trastorno del lenguaje y/o habla por una lesión localizada una vez que el lenguaje haya sido adquirido.  Se produce después de un accidente cerebrovascular, una lesión cerebral u otro daño orgánico en el cerebro.

Para la mayoría de las personas (diestros), los Centros del habla se encuentran en el hemisferio izquierdo del cerebro (para los zurdos, respectivamente, en el hemisferio derecho). Es decir, los daños en estas mismas partes del cerebro producirán una variedad de trastornos y deterioro del habla (además de los motores, de coordinación, etc.).

Según la gravedad del daño (zona de la parte del cerebro dañada), los trastornos o deterioro del habla pueden dividirse en leves, moderados y graves.

Hay que añadir que un mismo paciente puede tener varias afasias a la vez, si el ICTUS fue múltiple (o repetido), o si el daño afectó a varias zonas adyacentes a la vez.

¿Cómo es el lenguaje de una persona con afasia?

Por ejemplo, el paciente intenta activamente decir algo, pero su discurso es absolutamente ininteligible, parece una extraña lengua extranjera (en afasiología este tipo de discurso se describe como «verborrea»).

También nos encontramos con que tampoco entiende nuestro discurso; o un paciente que no puede responder a las órdenes más sencillas, como cerrar los ojos o mover la mano izquierda.

Se trata de una de las afasias más graves (afasia sensoriomotora), en la que se ven afectadas tanto la comprensión del lenguaje hablado, como la expresión de palabras del propio paciente.

“Imagínese que está en China: puede oír el habla de los habitantes, pero no entiende en absoluto qué significan esas extrañas combinaciones de sonidos”.

El enfermo se encuentra ahora en la misma situación: tiene una audición fonémica deteriorada, en la que el cerebro analiza los sonidos audibles y los convierte en palabras familiares. Es capaz de oír, pero es incapaz de analizar y reconocer.

En los casos menos graves o en otros tipos de afasia, el habla puede volverse confusa, la persona puede tartamudear o «atascarse» en ciertos sonidos, cambiar de lugar, olvidar palabras o utilizarlas de forma inadecuada, puede tener dificultades con las construcciones lógicas y gramaticales.

Por ejemplo, le resultará difícil entender la diferencia entre la combinación «hermano del padre» y «padre del hermano»), etc.

¿El razonamiento se ve perjudicado por un deterioro del habla?

La respuesta a esta pregunta por un lado es afirmativa y por otro lado es negativa.

En el caso que es afirmativa a respuesta, es decir Sí, en el sentido de que nuestro discurso y nuestro pensamiento están íntimamente unidos: pensamos con palabras y los productos de nuestro pensamiento son también, en su mayor parte, verbales. Por lo tanto, cuando el habla se ve afectada, tanto la memoria (verbal-lógica) como el pensamiento se ven afectados.

No obstante (salvo en los casos de afasia sensoriomotora grave), si hay un deterioro del habla leve la persona conserva todo el conjunto de habilidades y conocimientos cotidianos sobre el mundo. Es decir, no meterá un gato en la nevera ni se pondrá a masticar una manta y presenta adecuados niveles de comprensión.

 ¿Cualquier Logopeda puede ayudarnos a mejorar el deterioro del habla?

Aunque en un principio dentro de la formación básica del Logopeda entra todo tipo de trastornos del lenguaje.

Sólo un profesional especializado en daño neurológico puede llevar a cabo la rehabilitación de estos casos de una forma eficaz y efectiva.

La cuestión es que los objetivos y los métodos de trabajo son diferentes por ejemplo para un logopeda infantil y un logopeda especializado en trastornos del lenguaje por daño neurológico (lo mismo ocurre con un neuropsicólogo que trabaja con niños y un neuropsicólogo en un departamento de neurorrehabilitación: son especialistas diferentes).

“No iríamos al dentista si nos duele el oído; en este caso es mejor acudir a un especialista en este mismo campo”.

¿Cuánto tiempo se tarda en recibir el tratamiento?

Todo va a depender de cada persona en particular, la gravedad de su afectación, localización de la lesión, colaboración propia y familiar, nivel emocional, alteraciones concomitantes, etc.

Cabe señalar, que en ocasiones es posible que no se recupere totalmente el habla del todo, ya que el daño cerebral es, por desgracia, irreversible.

¿Cuándo se puede empezar a trabajar con el paciente?

Cuanto antes, mejor. En algunas instituciones se comienza a trabajar mientras los pacientes se encuentran en la unidad de cuidados intensivos.

NOTA IMPORTANTE:  Si su familiar tiene un deterioro del habla, así como trastornos de la deglución (atragantamiento o náuseas con la saliva/comida/agua), pida siempre una valoración logopédica y neuropsicológica, además de otros facultativos médicos.

Recomendaciones generales para los familiares de pacientes con deterioro del habla

1) Afasia (alteración del habla) no es una enfermedad mental, por mucho que no entiendan al afectado. Los pacientes pueden entender la entonación, es absolutamente inadmisible levantar la voz o permitir cualquier otra manifestación de agresión, porque ahora la persona no puede responder o defenderse de ninguna manera.

2) Hacer partícipe al paciente de todas las formas posibles. Incluso si es silencioso o extremadamente deslenguado. Si se le corta la comunicación, hay pocas posibilidades de recuperar el habla, simplemente porque el habla sólo se recupera a través de la propia comunicación.

Puede dejar que el paciente escuche la radio, la televisión, su música favorita, cantar canciones, ofreciéndole que cante con él (al menos no con palabras, sino con un simple sonido o mugido).

3) No dejar de estimular al paciente en el contexto familiar. Se puede trabajar al menos en la comprensión del discurso dirigido: «Por favor, coge un lápiz», «Muéstrame, ¿quieres una manzana o una pera?”

Es posible que el/la afectado/a por ACV muestre problemas a nivel emocional, por lo que el fondo anímico puede ser bajo, así como la motivación para la actividad.

Tenga en cuenta esto, por favor no regañe al paciente por ser perezoso, sólo ayúdele a hacer lo que puede hacer.

4) No interrumpir a los afectados cuando intentan decir algo, aunque se demore mucho. Tampoco es buena idea terminar lo que el paciente ha empezado, como si lo estuvieras ayudando. Sí, esto ahorra tiempo, pero reduce las posibilidades de que la persona se recupere por sí misma.

5) Usar lenguaje compuesto de frases cortas y sencillas, a un ritmo lento, repitiendo lo que se ha dicho si es necesario, complementando las palabras con gestos o imágenes.

6) Buscar un espacio tranquilo para trabajar sin involucrar a muchos conocidos o familiares (si todos quieren participar en el proceso de rehabilitación. Mejor hacerlo por turnos o cada uno en su día).

7) El tiempo de trabajo debe guiarse por el estado actual del paciente: cómo se siente y cuál es su capacidad de trabajo hoy.

Si notas que durante la sesión hay muchos errores, respuestas pobres, el discurso se ha vuelto muy poco claro, son señales de que el paciente está cansado y hay que parar la sesión o darle tiempo para que descanse.

 

Recomendaciones más específicas ante la primera toma de contacto

Debemos empezar por asegurándonos de que hay buen nivel de comprensión del lenguaje hablado. Para ello, basta con dar unas sencillas instrucciones como:

  • «Cierra los ojos».
  • «Saca la lengua».
  • «Levanta la mano izquierda» (siempre que se conserve el movimiento de esta mano).
  • «Señala la nariz».
  • «Señala la puerta de la habitación».

Si la persona te mira, sacude la cabeza o hace cualquier otro movimiento que no sea el requerido, por desgracia, su comprensión del lenguaje hablado se ve afectada. Es decir, estamos ante un deterioro del habla. En este caso, se necesita la ayuda de otro especialista: un Logopeda o un Neuropsicólogo.

Es muy importante que no te quedes con ninguna duda, por ello debes preguntar y dejarte guiar por el especialista cualificado.

Para una buena evolución se recomienda hacerse partícipe o cooterapeuta del Logopeda para poder llevar a cabo los objetivos del tratamiento en el contexto familiar.

Siempre recomendamos la presencia de los familiares en las sesiones de tratamiento.

Ante dificultades de comprensión partimos de lo básico:

  • Nombramos y mostramos alternativamente en nosotros mismos nuestras partes del cuerpo.
  • Posteriormente mostrar las mismas partes al paciente poniendo su mano sobre si mismo. Podemos apoyarnos en dibujos y fotografías.
  • Después preguntamos por lo mismo y observamos si se ha logrado a la comprensión o no.
  • Al mismo tiempo, podemos explicar todas nuestras acciones con breves explicaciones: «ahora cojo una cuchara», «te pongo una manzana», «esto es una almohada», «apago la luz», «está lloviendo», etc.
  • Podemos leer pequeños textos de nivel de 1-3 de primaria, destacando especialmente las palabras y frases que te ayuden a entender de qué trata el texto.

Y luego mostrar a la persona 2-3 imágenes, donde dos de ellas puede ser cualquier imagen y una de ellas es sobre lo que se leyó

  • Digamos que el texto era sobre la vida de los pájaros:
    • muestras tarjetas que muestran un coche, un pájaro, un vestido)
    • pregunta: «Señala una imagen, ¿de qué trataba este texto?»

La cuestión es que, con un deterioro del habla de este tipo, la comprensión y la distinción de los sonidos individuales está muy deteriorada. Pero la comprensión de unidades semánticas más grandes puede estar más preservada.

El mecanismo es sencillo: si hay 50 palabras en un texto, existe la posibilidad de que una persona sea capaz de reconocer entre 5 y 7 de ellas y hacerse una idea aproximada del contenido del texto. Pero cuando sólo escucha 3 palabras, la posibilidad es casi nula.

Por lo tanto, el proceso de aprendizaje avanzará de unidades más grandes a unidades más pequeñas:

comprensión de todo el texto > comprensión de un párrafo > comprensión de una frase > comprensión de una palabra > comprensión de sonidos individuales

Además, el paciente puede conservar una memoria visual para las palabras, por lo que es posible sugerir tareas en las que es necesario combinar una imagen y su significado escrito, por ejemplo:

  • En un lado de la mesa se ponen tarjetas con una casa, una mesa, una flor, una manzana, un árbol (aquí el bingo puede ser muy útil).
  • En el otro lado se ponen palabras impresas en grande CASA, MESA, etc.

También es posible dibujar imágenes sencillas, hacer lecturas junto a ellas y, debajo, dibujar cuadrados según el número de letras para que el paciente pueda «copiar» la ortografía correcta de la palabra, conectando la imagen visual de la palabra y su ortografía.

Otra actividad que suele resultar agradable es cantar canciones conocidas y favoritas del paciente. No podemos esperar a que se nos cante claramente todo el contenido de la canción. Pero puede reconocer un motivo familiar y «cantar con él» a nivel de sonidos individuales y mugidos.

¿Qué no hacer y por qué?

No intentes «enseñar» al receptor a decir las palabras «ahora di ‘manzana'». Esto no tiene sentido en esta etapa. Sí, después de muchos intentos, el paciente será capaz de repetir la palabra después de ti, pero no sabrá lo que significa. Es como aprender un idioma sólo de oído: puedo memorizar y repetir «tian feng», pero mientras no sepa lo que significa es sólo un conjunto de sonidos.

Esto también incluye la lectura de un libro del abecedario o de libros infantiles, no es necesario. Leemos contenido según el nivel de formación y conocimiento previo de la persona. Pero no nos rebajamos al libro del abecedario o el de “aprende los animales con Pocoyo”.

 

Recomendaciones para los casos en los que no existe una dificultad en la comprensión del habla

Hay que tener en cuenta que todas estas recomendaciones se deben acordar con el Logopeda que sea el encargado de la rehabilitación. Todos los profesionales tenemos nuestros modos de actuación y siempre individualizamos el tratamiento.

La cuestión es que los trastornos o el deterioro del habla pueden ser de diferente gravedad: leves, moderados, graves. Por eso, algunas recomendaciones pueden no convenir al paciente o ser demasiado complicadas o, por el contrario, ser leves y no ayudar.

Las actividades que se proponen, en general, están dirigidos a los pacientes con una producción de sonidos alterada, con dificultades para «comenzar el habla» (iniciativa del habla reducida). Con «olvido» de palabras (con este tipo de alteración o deterioro del habla, una persona recuerda las funciones de los objetos, pero a menudo no puede recordar sus nombres “fenómeno en la punta de la lengua”).

Cada una de estas variantes de afasia tiene sus propias especificidades de trabajo.

 ¿Qué se puede hacer?

 En este punto os quiero dar unas pautas o consejos para tratar este tipo de alteraciones:

  • Verbalización de las llamadas series de habla automatizada: números en orden del 1 al 10, días de la semana, meses, nombres de personas cercanas.

Es importante controlar la melodía y la continuidad; así el paciente puede comprender y distinguir más fácilmente los sonidos entre sí.

  • El discurso organizado rítmicamente (cantar canciones conocidas y queridas, recitar rimas) ayuda mucho. Refranes de proverbios y refranes conocidos: «En martes ni te cases ni te embarques «.
  • Usar juegos de mesa interesantes puede resultar muy útil cuando la actividad verbal espontánea se hace posible («¡Wow!», «Aha», «Aquí tienes», discusión de reglas o momentos discutibles).Es decir, el habla se convierte no en un tema de actividad sino en su fondo, reduciendo así el nivel de tensión.
  • Combinar el habla, la escritura (con la mano izquierda si la derecha no funciona) y la lectura. Así, una palabra se memoriza a la vez en varios planos: cómo suena de oído, cómo se pronuncia y cómo se escribe (se puede añadir una imagen).
  • Acompañar la memorización de palabras con imágenes. Con las formas leves de trastornos o deterioro del habla es importante mostrar la palabra en diferentes casos y contextos:

«Esto es una mesa. Estamos sentados en la mesa. Las mesas pueden ser de comedor y de escritura. Hay un bolígrafo sobre la mesa. Un gato se sienta debajo de la mesa» (se muestra una imagen de una mesa o se dibuja una mesa, redonda, cuadrada, etc.).

  • Denominar objetos que hay en la habitación o fuera de la ventana. Nombrar los colores que se ven alrededor o los objetos con una letra determinada.
  • Terminar las frases con un final fijo y comprensible. Es decir, cuando un enunciado puede terminar con una sola palabra que no requiere pensamiento. Por ejemplo:

Desde la ventana se ve un cielo… azul.

Me voy a hacer un zumo de …. Naranja

En la paella echaré… gambas

Hay que tener en cuenta que las actividades realizadas en el domicilio deben siempre terminar con un momento positivo. Una situación de éxito del paciente (para ello es posible volver a tareas más fáciles). Esto crea un estado de ánimo psicológico positivo. Promueve el fortalecimiento de la confianza en sí mismo y la eficacia de la rehabilitación en su conjunto.

Clínica Fuensalud

Valeria Bondarenko. Graduada en Logopedia (colegiada nº 28/1059) Experta en Atención Temprana. Experta en Trastornos Neurológicos.

Enlaces de interés

Sociedad Española de Neurología

Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid

Consejo General de colegios de Logopedas

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